07/10/2024
Catas

Tivo 2018 – Monovarietal de uva rey

tivo 2018 uva rey primitivo collantes

Tivo 2018

Monovarietal de uva rey

Ficha:

Bodega: Primitivo Collantes
Denominación: IGP Cádiz
Tipo: Vino blanco seco
Uvas: 100% Uva rey 
Graduación: 11,5% Vol.
Crianza: 6 meses en madera de roble americano que anteriormente contuvo fino, 6 meses en acero inoxidable siempre lleno y 24 meses en botella. Sin velo de flor
Temperatura de servicio: 9-12ºC.

PVP.: 37€
Nuestra puntuación: 98/100

tivo 2018 uva rey primitivo collantes

El vino:

Hace 6 años se plantó en la finca Matalián 6 nuevas hectáreas, donde se decidió recuperar una variedad condenada a perderse. Tan solo existían 75 cepas de dicha variedad repartidas entre Chiclana y el Marquesado (una pedanía entre Chiclana y Pto. Real). Tras hablar con los viticultores que atesoraban esa variedad, el bodeguero pudo recoger material vegetal de dicha variedad y proceder al injerto tanto en yema como en espiga. A día de hoy dentro de esas 6 hectáreas hay unas 1800 cepas de Uva Rey. Es una variedad que se vendimia tardía pues su hollejo grueso hace que su periodo de maduración se de a finales de octubre o casi noviembre. Es una uva que no es muy productiva, 1 kilo o kilo y medio por cepa, y su grado no es excesivamente alto, ya q ronda los 11’5-12.

El mosto fermenta en barrica de roble americano y reposa 6 meses, luego pasa 6 meses en acero inoxidable siempre lleno y un último año en botella.

Es un vino que responde perfectamente a la guarda.
El nombre TIVO, es un homenaje al abuelo del actual propietario y elaborador, Primitivo Collantes, una persona muy arraigada a su localidad, un chiclanero como esta uva, la Uva Rey.

La cata:

Color: Amarillo brillante

Nariz: En nariz aparecen matices herbáceos e infusionados. Membrillo, hinojo, camomila, herbáceos, cítricos sutiles

Boca: Fresco, paso rápido pero envolvente, retrogusto que afianza las notas encontradas en nariz, final medio largo. Presenta un amargor equilibrado que potencia la acidez del vino.

Cata de emociones:

Es un vino que transporta a los días en los que aprendíamos de nuestros mayores…en los que jugábamos con pocas cosas, pero las tardes se hacían divertidas. Tardes de pelotas rodar en suelos de mosaicos entre baldosas de cerámica cocida.
Es ese vino con el que puedes oler la brisa marina rozar el rostro ajado de un abuelo curtido por el trabajo en el campo y el sabor a mar en su sudor y lágrimas…
Es ese vino que rinde homenaje a un legado, a un saber hacer, a esa sangre bodeguera que sigue corriendo por las venas de aquellos a los que «Tivo» regañaba por andar correteando entre sus piernas y mirarle con admiración mientras llevaba manchadas las rodillas de Albero y los rebeldes y alborotados rizos llegaban hasta sus arqueadas cejas.
Es ese vino con recuerdos…con cariño y ternura con que solo un nieto podría guardar en una botella como si aquellas tardes hubiesen quedado atrapadas en el tiempo…

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