Emprender en tiempo de crisis.
La mejor estrategia, actitud proactiva y una formación transversal.
Dicen que en los momentos de crisis aparecen retos, que si se saben aprovechar constituyen la base de un proyecto de éxito.
Para que este corolario se cumpla, se deben cumplir una serie de parámetros, además, es importante que las dificultades no puedan con el emprendedor.
Entiendo que muchos de Vds. piensen que los emprendedores están conformados de una robusta constitución, no exentos de locura. Puedo asegurarles que esto no es totalmente cierto.
Tras seis ediciones impartidas del C.P. de Dirección en Restauración, esta última ha visto nacer varios proyectos relacionados con la gastronomía.
Si tengo que elegir algún elemento diferenciador del emprendedor, me quedo con esa constitución robusta y una capacidad creativa increíble. Pero no se confundan, en realidad, mirando a los ojos se ven infinidad de matices.
El brillo de su mirada nos da la pista de una ilusión desmedida, una mirada penetrante cargada de una fuerza tal, que se convierte la energía de quienes le rodean. La pasión merece un capítulo a parte, es el elemento clave que convierte al emprendedor en un ser, tan poderoso, capaz de conseguir hacer de lo imposible un caso de éxito.
Luego existen factores menos visibles que se esconden en el silencio de la noche y la lucidez del mejor pensamiento. Son la constancia y el sacrificio. Circunstancias que nunca se ven y que, en ocasiones, poco se valoran, sobre todo, en un momento en el cual velocidad en conseguir el éxito rige nuestro destino y parece que es lo único que interesa.
Este hecho es, bajo mi punto de vista, uno de los errores más graves en el emprendimiento; focalizar en el resultado sin importar el itinerario. Olvidan que, por el camino, hay personas con emociones, con sentimiento, con ilusiones divergentes y con una gran actitud que, en la mayoría de los casos se fragmenta como un sueño roto; en muchos casos irrecuperable.
Puedo presumir de haber compartido tiempo de docencia y aprendizaje con varios de estos emprendedores, pero lo mejor de todo es, que son buenas personas. Ya han dejado de plantear dudas en clase, ahora trabajan en directo o sabiendo que el juego de la vida es muy serio.
Ahora, solo queda esperar para escuchar el éxito y disfrutar de la alegría en su mirada y al hacerlo, mi mirada será la que se quiebre.
Finalmente pensaré que todo el tiempo dedicado mereció la pena.
Y para los que piensen que la ilusión va y viene como las olas mecen el mar, debo dejar constancia que, para que un proyecto vea la luz y tenga opciones de maduración, es necesario tener en cuenta algunos aspectos fundamentales:
- Tener claro cuál es tu producto.
- Definir claramente la identidad.
- No dar nada por supuesto. Escucha activa y aprendizaje continuo.
- Aportar valor añadido, tiene poco coste y alto rendimiento.
- La digitalización te dará eficiencia en el desempeño.
- Se un espejo para tu equipo, sin ellos no es posible el brillo.
La ilusión es, sin duda alguna, la energía más potente que permitirá al emprendedor lograr sus propósitos y conseguir los objetivos planteados. He tenido la suerte de verla, sentirla y disfrutarla; es entonces cuando sucede la magia, un sueño que solo puedes ver tú.