Bodega Casa Agrícola
Vino a conciencia para alimentar el alma
El Vino a Conciencia, para Alimentar el Alma…
Nos inspiran los procesos de la naturaleza cuando llevan implícitamente algún mecanismo de reciprocidad. Ese algo que podemos recibir a cambio de obrar con conciencia. La Viña y el Vino entienden sobradamente de estas cosas y nuestros antepasados aún más.
Todo que se reconozca fiel lector de la revista ElSumiller.com recordara la última noticia publicada en la revista de Abril 2020 acerca de la creación del proyecto de Casa Agrícola a orillas del Pla de Lliber.
A modo de un proyecto personal, la Finca de Abargues atesora un pequeño patrimonio vitícola, pero más que tierra, biodiversidad, viñas y un legado cultural, ha sido para nosotros una fuente de sabiduría, alimento cognitivo y parte ahora de nuestra historia.
Decíamos, que los que tenemos la suerte de vivir del vino, no hay momento, ciclo o temporada en que no se viva todo como una transición. Por pequeña que sea, en todo momento estamos sujetos por fuerza o por imperativo de la naturaleza, obligados a asumir los cambios que se avecinan.
En ese nuevo rol de ‘Vigneron’ que hemos adoptado con implicación familiar, no hay día que pase,
momento vivido, en que la historia no nos susurre. Sea en forma de señales que se hacen visibles o
desde el devenir del vino, donde son las propias viñas quienes reclaman su parte de atención.
Todo ello para poner en evidencia que hemos entrado de lleno en un ciclo vital, donde ya no nos preguntamos cómo sacar el máximo partido de las cosas, sino cómo hacer para agudizar los sentidos y ser capaces de observar los límites de los mismos sistemas que nos rodean y que sean estos mismos límites que nos guíen a obtener lo óptimo, nunca lo máximo. Pensamos en que es esto, lo que nos asegurará un mayor equilibrio.
Establecido y parte de los fundamentos del propio manifiesto de los Vignerons d’Europe en el marco de Slow Wine Italia, nos esta dando mucha batalla, en todo aspecto de la viticultura y la elaboración de nuestros vinos en la actualidad.
El horizonte óptimo marcado por nuestras viñas viejas de cultivo tradicional en secano, con variedades autóctonas… es lograr expresar un Mediterráneo genuino, vibrante, singular, con rigor y sin maquillajes; un hito que se va cumpliendo.
Vinos vivos
Con la perspectiva del año 2020 que acabamos de sobrellevar y las consecuencias que todavía habremos de superar, es apropriado estar reflexionando sobre la función activa del vino y su capacidad de influir en como contribuye al dialogo entre la adopción de prácticas más sostenibles en el contexto de usos de suelos agrarios en general.
Para ello, el tiempo apremia, y no se tiene mucho tiempo para contemplaciones.
A pie de un Riurau, esa arquitectura tan agrícola que marca el territorio, se nos brinda la posibilidad de sumar nuestra sensibilidad a este entorno ajetreado por presiones de rendimiento económico de la tierra, de presiones por urbanismo y genuinos pelotazos que se pueden realizar con la complicidad de organismos que deberían ser más concienciados sobre el significado de la palabra Terroir y de la culminación de factores biológicos que un determinado lugar se transmiten a través del vino.
El concepto de vino de terroir lleva implícito una idea de como usamos el paisaje y tratamos la tierra agraria. El significado de hacer vino de mínima intervención conlleva aún una mayor implicación con la agricultura, y por ello despierta el interés no solo ‘nuestra’ agricultura en particular, pero la agricultura de todo nuestro entorno.
Si el Vino es este nexo entre 2 mundos, el humano y el biológico, que nos acompaña hace milenios, entendemos crucial que debamos preservarlo e inclusive, mejorarlo. A modo de ese estimulante para la relaciones humanas, de sensibilidad a la belleza y el reflejo vital de la agricultura integrada, todavía estamos a tiempo para las futuras generaciones.
Por ello, entendemos Casa Agrícola como un lugar de partida y no una finalidad en sí misma. Mientras el Vino debe aspirar a jugar un papel más relevante, Casa Agrícola, y en particular, pienso a las complicidades que se han ido creando desde hace 5 años desde que hemos iniciado el proyecto. Hay un diálogo existente y emplazamos a todos de verse como participes para ser una extensión de esta sensibilidad que estamos cultivando.
Sólo así podremos repensar la acción coordinada para afrontar los retos de conservación que permitan devolver cierta equidad a la agricultura y lograr un modo de vivir y consumir de forma más sostenible.